ARTICULO DE SEGUNDA MANO
Hay pocas empresas tan inteligentes como Disney, que sabe exprimir al máximo sus licencias y personajes. Es una productora en la que siempre se puede confiar. Y si en un momento dado afirmaron que Los Descendientes sería una de las propuestas más originales de los últimos años, ahora todos sus fans pueden confirmarlo de primera mano. Con esta película producida para televisión, Disney consigue uno de los golpes de efecto más sorprendentes que se han llegado a ver en los últimos años. La maldad se extiende y lo hace de manera implacable.
En Los Descendientes viajamos hasta Áuradon, un reino en el que todo el mundo vive en paz y que está liderado por Bella y Bestia. Los malvados fueron desterrados mucho tiempo atrás a la Isla de los Perdidos, donde tienen vidas limitadas por un lugar del cual no pueden escapar. Cuando el príncipe Ben, hijo de los monarcas de Áuradon, tiene la idea de perdonar a los hijos de los malvados, la historia cambia de forma radical.
Ese decreto, que permitirá a Mal, la hija de Maléfica, Carlos, el hijo de Cruella de Vil, Jay, el hijo de Jafar y Evie, la hija de la Reina Malvada, viajar a Áuradon, lo pone todo patas arriba. Los villanos, especialmente Maléfica, encomiendan a sus hijos que se ocupen de robar la varita del Hada Madrina, para que con ella rompa el hechizo que les tiene apresados. No obstante, es posible que los hijos de los malvados no quieran continuar los actos de maldad de sus progenitores... ¿o si?
Disney invita a todos los espectadores a que se introduzcan en el mundo de Áuradon y que se rodeen de personajes muy reconocibles por todos los fans de la empresa. Algunos de los hijos de los más grandes héroes harán acto de presencia en el instituto, que servirá como marco principal para el encuentro entre los hijos de los héroes y de los malvados. Una ocasión irrepetible para poder dejarse imbuir por el espíritu de la factoría Disney.